Un palacio que estaba rodeado de jardines cuyos secretos aún no han sido desvelados se levantó en la Edad de Hierro en una colina a las afueras de Jerusalén y servía de atalaya para vigilar la ciudad santa.
Arqueólogos e historiadores de Israel y Alemania intentan desde hace cinco años desentrañar los misterios que rodean las ruinas del complejo palaciego, que se levantó a finales del siglo VIII a.C. en la zona conocida hoy como Ramat Rahel, a mitad de camino entre las ciudades de Jerusalén y Belén.
El complejo era visible desde las dos principales vías que llegaban a la vieja ciudadela amurallada de Jerusalén -la que comunica con Hebrón y la que lleva a la planicie costera mediterránea- y, probablemente, floreció con los asirios y desapareció con los asmoneos, siendo olvidado y abandonado.
Entre los fosos y piedras que quedan son visibles restos de las trincheras construidas en este estratégico lugar durante la guerra entre judíos y árabes de 1948.
«Se trata de un palacio del periodo de los reyes de Judea. Es único. No hay ninguno de este tamaño y belleza en todo Israel, ni siquiera en Jerusalén hemos encontrado restos de palacios de aquella época», explica a Efe Yuval Gadot, arqueólogo y director de campo de la excavación.
El área alberga los restos de «un gran complejo que incluía un palacio de arquitectura grandiosa y muy hermosa, con un jardín interior, un patio y un jardín que lo rodeaba todo, de la época de los reyes de Judea, de la casa de David, los tiempos bíblicos», afirma el experto.
La excavación, codirigida por el profesor Oded Lipschits de la Universidad de Tel Aviv, y Manfred Oeming de la Universidad de Heidelberg (Alemania), «arroja luz sobre una época histórica que está muy lejos de nosotros, y nos da más información sobre aquel tiempo de la que nos da la propia Biblia», asegura Gadot.
El hallazgo más sorprendente son los jardines, ya que no se habían encontrado en Israel restos de parques de esa época, algo que si se ha descubierto en áreas más verdes, como Mesopotamia, en el actual Irak, y Europa.
«Los jardines se construyeron rodeando el palacio con el objeto de llamar la atención desde cualquier punto en el paisaje de Jerusalén. Se usaron sofisticadas y poderosas instalaciones de agua, túneles esculpidos en piedra y recubiertos por dentro y por fuera, estanques escondidos, todo ello para crear un paisaje artificial, un paraíso en las montañas desiertas de Jerusalén», apunta Gadot.
Fuente: La Voz de Galicia: http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2010/11/10/00031289385226047890643.htm
Arqueólogos e historiadores de Israel y Alemania intentan desde hace cinco años desentrañar los misterios que rodean las ruinas del complejo palaciego, que se levantó a finales del siglo VIII a.C. en la zona conocida hoy como Ramat Rahel, a mitad de camino entre las ciudades de Jerusalén y Belén.
El complejo era visible desde las dos principales vías que llegaban a la vieja ciudadela amurallada de Jerusalén -la que comunica con Hebrón y la que lleva a la planicie costera mediterránea- y, probablemente, floreció con los asirios y desapareció con los asmoneos, siendo olvidado y abandonado.
Entre los fosos y piedras que quedan son visibles restos de las trincheras construidas en este estratégico lugar durante la guerra entre judíos y árabes de 1948.
«Se trata de un palacio del periodo de los reyes de Judea. Es único. No hay ninguno de este tamaño y belleza en todo Israel, ni siquiera en Jerusalén hemos encontrado restos de palacios de aquella época», explica a Efe Yuval Gadot, arqueólogo y director de campo de la excavación.
El área alberga los restos de «un gran complejo que incluía un palacio de arquitectura grandiosa y muy hermosa, con un jardín interior, un patio y un jardín que lo rodeaba todo, de la época de los reyes de Judea, de la casa de David, los tiempos bíblicos», afirma el experto.
La excavación, codirigida por el profesor Oded Lipschits de la Universidad de Tel Aviv, y Manfred Oeming de la Universidad de Heidelberg (Alemania), «arroja luz sobre una época histórica que está muy lejos de nosotros, y nos da más información sobre aquel tiempo de la que nos da la propia Biblia», asegura Gadot.
El hallazgo más sorprendente son los jardines, ya que no se habían encontrado en Israel restos de parques de esa época, algo que si se ha descubierto en áreas más verdes, como Mesopotamia, en el actual Irak, y Europa.
«Los jardines se construyeron rodeando el palacio con el objeto de llamar la atención desde cualquier punto en el paisaje de Jerusalén. Se usaron sofisticadas y poderosas instalaciones de agua, túneles esculpidos en piedra y recubiertos por dentro y por fuera, estanques escondidos, todo ello para crear un paisaje artificial, un paraíso en las montañas desiertas de Jerusalén», apunta Gadot.
Fuente: La Voz de Galicia: http://www.lavozdegalicia.es/ocioycultura/2010/11/10/00031289385226047890643.htm
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