sábado, 29 de mayo de 2010

Dos estudios cuestionan el "hallazgo del año"





Dos estudios cuestionan el "hallazgo del año"

El fósil de Ardi fue, según la revista Science, el "hallazgo del año 2009". Este espécimen de hace 4,4 millones de años era, según los autores de su análisis, el ancestro más antiguo de los humanos. La revista, uno de los altares más respetados de la ciencia mundial, publicó un número especial con 11 estudios que diseccionaban al Ardipithecus ramidus hasta límites insospechados. Determinaban su antigüedad, comprobaban que andaba sobre dos piernas, reconstruían el lugar donde vivió y especulaban sobre costumbres sociales y sexuales que presagiaban las de los humanos que estaban por venir. En un rincón mucho menos vistoso de su último número, la publicación reproduce hoy lo más parecido a una pelea a puñetazos que puede existir en el civilizado mundo de la investigación.
Dos artículos firmados por grupos diferentes cuestionan las conclusiones del equipo que presentó a Ardi al mundo, liderado por el veterano paleoantropólogo de la Universidad de California Tim White.
El primer trabajo niega que Ardi fuera un ancestro humano y que andase sobre dos piernas. El ramidus vivió tan cerca del momento en que divergieron el linaje que desembocaría en el Homo sapiens y los que llevarían a chimpancés o gorilas de hoy que es "imposible decir si está más cerca de uno que de otro", explica a Público Esteban Sarmiento, autor del trabajo e investigador retirado del American Museum of Natural History, en Nueva York. Argumenta que ninguno de los caracteres del fósil de Ardi que White destacó para defender su teoría, como la forma de sus pies que evidenciaba bipedalismo, o sus dientes de menor tamaño, son exclusivamente humanos. Añade que muchos también aparecen en los otros linajes. En su opinión, es imposible decir si Ardi es un ancestro del hombre, del chimpancé o el gorila.
Sarmiento "no ofrece ninguna interpretación alternativa", contraataca el equipo de White en otro artículo. El experto incide en rasgos del cráneo, la pelvis y otras partes del cuerpo que emparentan a Ardi con los australopitecos de los que después surgiría el género humano.
La otra discusión se centra en si Ardi vivió en un bosque o una sabana. El debate es clave, pues la teoría más aceptada mantiene que la aparición de ecosistemas con menos árboles empujó a los ancestros del hombre a abandonar los árboles y andar sobre dos piernas. White se basó en fósiles coetáneos de animales y plantas para afirmar que Ardi vivió en un bosque espeso, lo que contradice la "hipótesis de la sabana". Pero un equipo dirigido por Francis Brown, de la Universidad de Utah y firmado por otros seis expertos de otros centros ha repasado los datos de White y dice que confirman que Ardi vivió en una zona despejada y con pocos árboles. White y su equipo defienden su interpretación en otro artículo.

Fuente: Público: http://www.publico.es/ciencias/316012/estudios/cuestionan/hallazgo/ano

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