El Museu Egipci de Barcelona exhuma las perlas de sus fondos (Barcelona)
En la exposición no hay grandes sarcófagos, ni momias con nombre y apellidos: el visitante deberá buscarlas en las plantas superiores. Se trata más bien de pequeñas joyas, en algunos casos en el sentido literal. Entre el amplio repertorio expuesto destacan un anillo de oro con el nombre de la reina Nefertiti, esposa de Akhenatón, un conjunto de collares que pertenecieron al jerarca nazi Hans Wolfgang Herwarth von Bittenfeld y numerosos collares compuestos de piedras semipreciosas, cristal, fayenza o terracota a partir de lotes de piezas desorganizadas adquiridas por Jordi Clos. Uno de los secretos de la exposición es quién ha sido el artesano que las ha recompuesto: el propio hotelero tiene como una de sus grandes pasiones la orfebrería, y elabora en un taller en su casa las reconstrucciones, a partir de modelos ya conocidos.
Entre las grandes piezas arqueológicas destacan una máscara funeraria que ha acompañado durante años la itinerancia de la exposición fotográfica sobre el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankhamón, el fragmento de la tapa de un sarcófago de piedra caliza de la época ptolemaica, numerosos enseres cosméticos, conjuntos de vasos canopos tanto de alabastro como de piedra y fragmentos de pinturas murales. La personalidad de algunos de los poseedores originales de estas colecciones es también un valor por sí mismo: algunas de las piezas pertenecieron , por ejemplo, al coronel A. E. S. Irvine, médico de la princesa María de Inglaterra cuando visitó las excavaciones de Howard Carter.
Clos aclaró que la crisis económica no ha favorecido la salida al mercado de grandes colecciones de antigüedades egipcias: «Al contrario, no se ha notado la crisis en los precios y cada vez es más difícil conseguir piezas con un pedigrí importante. De hecho, esta colección existe porque empezó en 1968, hoy sería imposible reunir un millar de piezas».
El elemento de la exposición que resulta más novedoso respecto a la colección permanente es la muestra de libros ilustrados y fotografías procedentes de la biblioteca del museo, que permiten trazar una historia de la irrupción de la fotografía en la egiptología a partir de los primeros dagerrotipos de 1839 y mostrar el estado de numerosos monumentos antes de que fuesen excavados y reconstruidos.
Pero la oferta especial del Museu Egipci para el verano no se limita a la exposición de sus secretos. Además de los casals y talleres infantiles, durante todos los viernes es posible participar, previa inscripción, en la visita guiada L'alimentació a l'antic Egipte, seguida de una degustación grastronómica. A lo largo del verano también se desarrollan visitas nocturnas dramatizadas y se puede disfrutar, tras la visita al museo, de una velada al fresco en su terraza.
Fuente: El Periodico: http://www.elperiodico.com/es/noticias/cultura-y-espectaculos/20100721/museu-egipci-barcelona-exhuma-las-perlas-sus-fondos/397171.shtml
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