La provincia, preparada para explotar dos de sus yacimientos arqueológicos (Albacete)
Si los políticos cumplen su palabra, antes de las próximas elecciones de 2011 miles de personas podrán visitar los yacimientos arqueológicos de Minateda y Libisosa por los 4 euros que valdrá la entrada general; por 2 euros en el caso de los grupos concertados y de forma gratuita si los turistas son jubilados o escolares. Ambos puntos de la provincia se convertirán, como cualquier parque arqueológico, en una fuente de empleo y en un atractivo turístico y cultural.
Desde principios del siglo XIX, cuando un arqueólogo francés se interesó por las pinturas rupestres, se sabe que el Tolmo de Minateda, en Hellín, esconde uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Castilla-La Mancha, pero no hubo planteamientos serios sobre este secreto a voces hasta finales de los ochenta. Unos años más tarde, en 1996, arrancaban las excavaciones en Libisosa, el yacimiento de Lezuza. Desde entonces, campaña tras campaña, los arqueólogos no han dejado de dar buenas noticias sobre un pasado sorprendente.
El trabajo en ambos casos, no ha hecho nada más que empezar, ya que no se pueden explicar más de ocho mil años de historia en dos décadas de excavaciones. Sin embargo, ambos enclaves están ultimando los detalles para poder abrir sus puertas y recibir a miles de visitantes de continuo y no sólo en ocasiones puntuales, como hasta ahora.
Minateda estará listo a finales de año y Libisosa en menos de diez meses. De momento, la Junta de Comunidades sigue invirtiendo, pero Lezuza aún está pendiente de que su yacimiento se convierta 'oficialmente' en parque arqueológico.
Así lo ponían ayer de manifiesto en rueda de prensa los responsables de las excavaciones de Libisosa, José Uroz, y del Tolmo, Lorenzo Abad y Pablo Cánovas, quienes aspiran a que la provincia esté a la altura del resto de Castilla-La Mancha, con dos parques equiparables a los de Segóbriga, en Cuenca; Carranque, en Toledo; Alarcos-Calatrava La Vieja, en la provincia de Ciudad Real y la ciudad visigoda de Recópolis, en Guadalajara, ya que entre todos rondan los doscientos mil visitantes al año.
Un buen augurio supuso que el delegado provincial de Empleo, Florencio López, anunciase ayer una inversión de 83.040 euros para contratar a 24 trabajadores, durante cuatro meses, en el yacimiento de Libisosa y 116.775 euros para que 27 parados den un empujón a las obras del Tolmo de Minateda durante cinco meses.
Inyección económica
El delegado de Educación, Ciencia y Cultura, Diego Pérez, como Florencio López, no concretó fechas de apertura, pero los arqueólogos se mostraron con argumentos más que suficientes para empezar a recibir visitantes. De hecho recordaron que sólo en las jornadas de puertas abiertas suelen superar el millar de turistas al día y que lo ideal cuando ambos parque abran es que las visitas guiadas sean en grupos de unas cincuenta personas.
Minateda abarca más de 27 hectáreas, de las que dos tercios entran dentro del circuito visitable. Además, ya atesora más de medio millón de piezas. El visitante podrá remontarse a los últimos ocho mil años y llegar incluso a una visión etnográfica de las laderas en el siglo XIX, ya que se encontrará con dos casas perfectamente visitables. No hay que olvidar tampoco que el turista podrá apreciar unas pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Libisosa se remonta a la Edad de Bronce, con un pasados ibérico, romano y medieval. Ya cuenta con un museo y un salón de actos con capacidad para doscientas personas. Dentro de la muralla romana, el yacimiento dispone de nueve hectáreas, cifra que ahora se ha multiplicado por tres con los nuevos terrenos adquiridos por el Ayuntamiento de Lezuza. Como le ocurre a Minateda, Libisosa tiene objetos inventariados como para llenar varios museos, ya que supera los 132.000.
El arqueólogo va descubriendo la historia partiendo del siglo más reciente y, conforme va profundizando en las excavaciones, van surgiendo, capa a capa, los primeros años del asentamiento.
El Tolmo encierra cinco historias en un mismo escenario. La primera de ellas se fecharía antes de Cristo, con la Edad Bronce; la segunda sería la época ibérica, en el siglo V antes de Cristo; la tercera historia la protagonizarían los romanos hacia el año 9 y finalmente llegarían los visigodos en el siglo VI y los musulmanes en los siglos VIII y IX. El yacimiento cuenta con una inscripción del año 9 del emperador Augusto, así como tiene pruebas de que en esta ciudad surgió el primer obispado de la provincia.
Libisosa también parte de la Edad de Bronce. Aquí dejaron sus huellas tres etapas de la historia, la íbera, la romana y la medieval. Los romanos llegaron a esta próspera ciudad en el año 180 antes de Cristo atraídos por el río y por su valor estratégico y defensivo. Este cruce de caminos era vital para que Roma emprendiese la conquista del sur de la península. Después de amurallarla, el Imperio declaró a esta población colonia romana, Libisosa Fórum Augustana. Sus habitantes llegaron a vivir una guerra civil y prueba de ello es la aparición de los restos de una niña de ocho años que murió en la calle.
Fuente: La Verdad de Albacete: http://www.laverdad.es/albacete/v/20100714/albacete/provincia-preparada-para-explotar-20100714.html
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